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domingo, 16 de octubre de 2011

10. Arrepentimiento.

Abro lentamente los ojos. Me duele la cabeza y siento que mis ojos cada vez están más cansados y ardientes. No recuerdo absolutamente nada. Me encuentro en una habitación blanca, estoy tumbada en una cama blanca, con un tubo que recorre mi brazo hasta llegar a mi muñeca. Deduzco que es un hospital. Me asusto. ¿Qué habré hecho para estar en este terrible lugar? No me gustan nada los hospitales.
De pronto la puerta se abre. De ella, sale una mujer de unos cincuenta años, con el pelo canoso, corto y ondulado, con unas gafitas redondas de culo de botella, y una sonrisa brillante en los labios. Era una enfermera, puesto que tenía un uniforme dónde se podía leer: 'Hospital'
¿Qué coño he hecho para estar en el hospital? Durante un instante, me asusto. Luego, la mujer anciana se acerca a mi cama con una gran sonrisa en los labios:
-Hola, preciosa ¿Qué tal estás hoy?
-Eh... Hola. Bien, bien, aunque me duele un poco la cabeza... Disculpa mi atrevimiento, pero... ¿Me podría decir porqué me encuentro aquí?
-Oh, querida, sabía que me ibas a preguntar eso... Verás, una chica con el pelo rojo te trajo hasta aquí. Estabas desmayadas... Las pruebas indican de que bebiste mucho.
-Ah ya... Bueno, muchas gracias.
La anciana sonrió, y se fue de la habitación, dejándome una bandeja con los típicos alimentos que ponen el
los hospitales.
Elisa me llevó hasta aquí... Pff me siento fatal. Yo nunca me paso de beber, es más, casi nunca bebo, pero no sé lo que me pudo pasar... Ahora no me acuerdo de casi nada.
Pensé en Edu. Un largo suspiro salió de mi boca. Pobre, a saber como le habré dejado con mi patética actuación... Me siento verdaderamente mal.
Me pregunto si sabrá mi madre algo de esto. Me da miedo con solo pensarlo... Me siento más mal aún, es más, peor, mucho peor. Mi madre lucha cada día para sacar adelante mi vida, la de mi hermana y la suya. Y yo no hago más que meterme en líos. ¿Por qué me está pasando esto? ¿Qué debería hacer?
Cojo el vaso de agua y me lo bebo en diez segundos. Basta. Esto ya no me va a ocurrir nunca. Y además, tengo que disculparme a Edu, advertirle que no soy así, asegurarle que jamás me verá más así.

Minutos después, cuando Elisa llevó a Leire al hospital.
No... Ella no es así. Se ha pasado mucho... Pobre. Aunque bueno, todos cometemos errores, así que es mejor olvidarse de este asunto. Creo que me voy a casa. No, mejor me voy con Pablo, que tiene una mini fiesta en su apartamento. No, mejor me quedo. ¿Qué hago ahora? Estoy solo, todo el mundo se ha ido ya, por la escena que ha montado Leire. Pff... Todo iba tan bien. Bueno, a lo mejor no es culpa suya... Qué le vamos ha hacer. Me apetece verla. Sí, después iré a verla al hospital.
Sonrío al recordar el beso que hemos compartido los dos... Me ha echo gracia su cara. No se lo esperaba. Sí... Leire es verdaderamente increíble.
Mireia, una de las amigas de Leire entra por la puerta principal del local. Me ve, y suelta una gran sonrisa.
-¡Hola! Tú debes de ser Edu ¿me equivoco?
-No, no... Encantado de conocerte...
-Mireia
-Sí, eso- sonrío tímidamente.
Mireia es muy guapa... Se puede decir que es el tipo que le gusta a cualquier chico, es perfecta. Aunque Leire también, o incluso más. Sí, mucho más.
Mireia se sienta al lado mía, muy cerca. A decir verdad, demasiado cerca. ¿Qué hago si me quiere tirar los tejos? No, Edu, tu estás con Leire. Un momento... ¿Estoy con Leire? Pf, por lo que ha pasado a lo mejor no recuerda ella ni que nos hemos visto... Da igual, ahora me gusta ella. Y mucho.
-Bueno, tu eres de 2º ¿no?
-Sí, pero he repetido. Debería estar fuera del instituto...
-Así que has repetido... Eso me gusta.
No, porfavor... Es lo que sospechaba... Ahora ¿qué hago? ¿Le sigo el rollo? ¿Le dejo así sin más? Por dios...
Un "bep, bep" vibra en mi bolsillo acompañado de una melodía.
¡Si, estoy salvado! Es Elisa. Se lo agradeceré...
-Perdona, me están llamando
-Claro, cógelo- Mireia hace una mueca.

-¿Sí?
-Edu, ya hemos dejado a Leire en el hospital. Los médicos no han dicho que no es nada grave.
-Uf, menos mal. Muchas gracias Elisa.
-De nada. Nos vemos mañana. Chao
-Adiós
Cuelgo yo primero. Ya tengo una excusa perfecta para irme de allí.
-Pf, Mireia lo siento tengo que irme... Mi madre me ha dicho que vaya ya para mi casa que tengo mañana que madrugar para ir al médico.

-Ah, vale... Adiós.
-Adiós y lo siento.
Voy a salir de la puerta cuando...
-¡Espera Edu! ¿No quieres que te lleve en coche?
-No no, de verdad ya me cojo un taxi o el bus.
-De verdad, que no es molestia...
-No te preocupes.
-Jo, encima de que me dejas sola...
Me siento obligado a ir con ella... Una excusa para que no ligue con migo y mira... Dicen que es un poco... Golfa. Si, esa es la palabra... Así que a evitarla todo lo que puedas, Edu.
-Bien, de acuerdo.
Mireia sale divertida del local. Yo sin embargo, suspiro.
Llegamos a su coche, un audi negro muy espacioso.
-Entra, vamos.
Suspiro, y me siento en el sitio del copiloto.
En el trayecto nadie habla. Mejor. Alguna vez que otra, Mireia me pregunta o comenta algo sin importancia, pero yo me limito a contestar con un 'Sí', 'No', 'Ya...'
Va a empezar a sospechar, pero me da igual.
-Bueno, y con Leire qué...
-¿Leire? Bien, bien....
-Vamos Edu no soy tonta. Se nota que le gustas.
-¿Yo?
-¿Quién si no? ¿Y a ti te gusta ella?
-Yo, eh, bueno...
Gracias a dios, puedo ver mi casa a lo lejos.
-Mireia hemos llegado ahí es mi casa.- Mireia hace una mueca de fastidio y conduce para la dirección donde se encuentra mi casa.
Estoy dispuesto ya a abrir la puerta.
-Bueno, ¿no te vas a despedir de mi?
-Claro.
Me dispongo a darle dos besos en las mejillas, pero ella es mas rápida y me da un beso corto en los labios.
-Adiós.
No respondo. Salgo del coche, culpable y malhumorado, y entro en mi casa.
Lo que no quería que pasara, ha pasado de la manera más tonta.

lunes, 29 de agosto de 2011

9. Descontrol.

La verdad es que no tenía muchas ganas de ir al centro con Elisa y la gente y cuando me refiero a gente, me refiero a Mateo. Hoy quería relajarme, darme un buen baño, leer, y sobretodo y lo más importante, estar tranquila, mientras que nadie le molesta. Pero desafortunadamente, no podría hacer todas esas cosas en esa tarde, ya le había dicho a Elisa que sí, pero no le iba a decir que no ¿no? En todo caso, no me quedaré mucho tiempo.
Y en cierto modo, también se perderá una noche sin realizar esas cosas que tenía previsto.

Leire llega de mala gana a el lugar donde ha quedado con Elisa. Tengo que aprender a decir que no... Quizá para la próxima vez.  Observa que está ahí toda la gente con la que se junta menos Mateo, en parte se alegra. Es mejor que no se vean en cierto tiempo. Elisa la ve.
-¡¡LEIRE CARIÑOO!! Te estábamos esperando... Solo faltabas tú.
-Hola Elisa. Bueno, ya he llegado ¿no?
-Eh claro claro... Bueno ¿qué te parece si vamos a un pub que hay aquí cerca? Hoy hay ambiente.
¿¡A UN PUB!? Dios, esta se habrá dado un golpe fuerte hoy vamos... A quién se le ocurre.
-Dios Elisa, estamos entre semana dejémoslo para otro día...
-¿Qué dices? ¿Qué si? ¡Entonces vamos!
Elisa me coge de brazo y no me suelta hasta un buen rato. Me toco el brazo de mala gana... Dios que follón... Elisa me debe una gorda. Ya me debe muchas.
Llegamos a el lugar que ha propuesto Elisa.
-Elisa, Leire tiene razón esto es muy precipitado... Si nos lo hubieras dicho no hubiera ido- le dice Alex a Elisa, que esta última pone los ojos en blanco cuando escucha lo que le ha dicho la gótica.
-Que pesados... Por una vez que estamos las chicas lo fastidiáis todas con el "estamos entre semana" con el "avisa antes"... Lo dicho... ¡Olvidemos y entremos!
Parece que la única que tiene ganas de entrar junto a Elisa es Mireia. No tiene mala cara, aunque claro, con migo no la pone como es evidente.
Entramos por fin al pub. Como decía Elisa, hay un ambiente increíble... Música dance suena por unos grandes altavoces, si puedo reconocer bien la canción, definiría que es Sexy Bitch de David Guetta ese DJ que está tanto de moda.
-No sé vosotras, ¡pero yo me voy a bailar!
Elisa no se lo piensa dos veces, y se lanza como una loca en la pista de baile dónde muchísimas personas bailan al ritmo de la música casi rozándose del espacio tan pequeño que tienen.
-Puf.. Yo mejor me voy al baño.-dice Alex con una cara de asco increíble.
Sólo quedamos Mireia y yo... No puedo ni mirarle a la cara, después de lo que le he hecho. Pero ella es la que toma la palabra.
-Mira Leire, yo te considero mi amiga, y si te soy sincera, Mateo me gusta mucho. Mucho no, muchísimo. Desde que lo vi prácticamente...
-Mireia no me digas nada más. Sé lo que me quieres decir... No tenía ningún derecho a quitarte a Mateo así. Lo siento mucho de verdad, he hecho la tonta todos estos días...
-No importa. Entonces... ¿Amigas?
-Claro que sí.
Mireia sonríe y me da un abrazo. En el fondo no estoy tan arrepentida... Mateo me sigue gustando, a quién quiero engañar... Pero he sido una egoísta. Es de Mireia. ¿Cómo que 'es'? Ni que fuera un objeto. Pero bueno ya da igual, ellos dos están hechos para seguir juntos y con eso basta.
Al acto seguido, vienen Elisa y Alex juntas.
-Qué bien, habéis hecho las paces.
-Si.
-Bueno pues para celebrarlo os invito a una copa.
Todas acceden menos yo. Por la sencilla razón de que yo no bebo.
-Vamos tía, una copa no te va a matar...
A base de intentos e intentos, accedo. Hace mucho que no bebo, pero como bien que ha dicho Elisa, una copa no me va a matar, aunque claro, hay que ser consciente de lo que haces.
Nos sentamos todas en un sofá ancho y largo, con una mesa pequeña en frente.
Charlamos de esto de lo otro. Aquello. De repente Elisa se da cuenta de algo.
-Joder chicas, a qué no sabéis quién está en frente nuestra mirándonos y sonriendo...
-¿Quién?
-Eduardo, un chico moreno alto de nuestro instituto.
Lo reconozco. Mi estómago se vuelve loco. El chico aquel... El chico tan guapo con una sonrisa perfecta... Increíble...
Nuestras miradas se cruzan. Me sonríe. Pero yo sigo ahí ni me inmuto, no puede ser verdad...
Elisa se da cuenta de nuestra cruzada de miradas. Sonríe de manera maliciosa.
-Bueno chicas que nos vamos a bailar ¿A qué si? Es mi canción favorita así que...
Elisa se lleva a las otras dos chicas, y éstas como es evidente no se enteran de nada, pero acceden.
-Luego os lo explico. - le susurra Elisa a Mireia y a Álex.
Me quedo sola, pero eso no me importa... Estoy nerviosa... Sigo bebiendo el mojito de piña que me he pedido, ya se está acabando. Cuando dejo el vaso de nuevo en la mesa y alzo la vista, me doy cuenta. Él está ahí en frente mía, sonriendo con esa sonrisa tan bonita, claro.
-Hola Leire. ¿Me recuerdas?
Cómo no te voy a recordar... Si estas buenísimo.
-Hola.. Sí claro, hola Edu.
Sonrie de nuevo. Joder, esa sonrisa me vuelve loca.
-Te invito a una copa.
Me gustaría decirle que no, ya llevo dos, pero no me podría resistir, sinceramente no me he podido negar... Es tan guapo.
Las copas llegaron, me la bebí de golpe, incoscientemente.
Pido otra. Edu y yo hablamos de esto de lo otro, él se ríe yo también.
-¿Sabes? Desde el momento que te vi, pienso que eres la chica más guapa que he conocido.
-¿Qué? Ni de broma vamos...
-Te lo digo enserio.
-¿Por qué tendría que creerte?
-Mmmm...
Pero no me da ninguna respuesta, sus labios tocan los míos. Cierro los ojos. Estoy viviendo este momento, lo siento. Estoy más feliz que nunca, más que con Mateo. Lo beso. Pienso si este beso se podría repetir más veces. A lo mejor me lo da por que solo está borracho, o porque hoy tiene ganas yo que sé. A saber.
Después de cinco minutos retiramos los labios.
-Por esto, tendrías que creerme.
No evito soltar una carcajada.
Pido otra copa. Sigo hablando con Mateo. Él pide solo una Coca-Cola, pero no estoy segura.
Me levanto del sofá. No sé a donde voy, me duele mucho la cabeza. Voy a la pista de baile y empiezo a bailar de manera extraña. Me encuentro a Elisa. Me dice algo, pero no consigo escucharla, y la música no es causa. Le digo algo, sin sentido.
Voy a la barra. Pido algo, no se lo que es. Me lo bebo en tiempo record. No se que me pasa, ya veo doble. Elisa, Alex, Mireia y Edy se acercan a mi.
Pierdo el conocimiento, nose lo que pasa. Cierro los ojos y desconecto con el mundo... Me he desmayado.


domingo, 21 de agosto de 2011

8. Consecuencias.

No dejaba de disfrutar de aquella felicidad. Aquello me parecía un sueño, del que jamás quisiera despertarme. Ahora me estaba mirando, mientras que me mostraba una perfecta sonrisa.
-Eres preciosa
No podía evitar ponerme colorada... Cada cosa bonita que me decía no evitaba sonreír y reír... Porque cuando estás enamorado, ciertas cosas son incontrolabres.
Sentía aquellas mariposas en el estómago que vuelan y bailan libremente sin importarle nada... están vivas y sedientas de amor.
Estoy mirándolo. Era perfecto, no tenía ningún defecto. Pero se oyó una voz. Ella apareció.
- Pero, ¿se puede saber que coño estáis haciendo? - Jamás vi a Mireia así. No podía creerme lo que estaba viendo... Ya decía yo que tanta perfección no existía.
Mateo se puso a la defensiva.
-¿Y a ti qué? ¿No ves que necesitamos intimidad? ¡Vete! ¡Largo!
-¿Qué haces? Mira a mi no me trastas así gilipollas.
Y se fue con las manos en la cara, seguramente estaba llorando.
Me sentía fatal... Me sentía egoísta, vengo yo ahora nueva y le quito el chico a una supuesta amiga mía que llevaban juntos mucho tiempo... Debía cortar esto ahora.
-Lo siento Mateo, pero creo que será mejor que no nos volvamos a ver... Lo siento.
Y yo también me fui. Deseaba con todo mi corazón volverme decirle que estaría con él, le quería demasiado... Pero no lo hice. Y él tampoco hizo nada, supongo que se quedó en su sitio inmóvil.
Fui por otro camino para no encontrarme con la otra gente... Pasaba de polémicas... "Debería echarme nuevos amigos" pensé por un momento... Pero no creo que fuera la solución para olvidarme de Mateo... Pf estoy hecha un lío.


Después de una hora o así me encontraba de nuevo en mi cama, tal como la dejé casi deshecha. Sólo que esta vez no estaba mi ánimo como antes. Está triste. No puedo más. Tengo que hacer algo.
Se me ocurrió algo aunque no iba ha hacer mucho afecto; ver una película.
Me metí en la página de Internet en la que siempre veo películas online, y pinché en el apartado de Romance. Luego lo pensé mejor, esas películas solo me conseguirían ponerme peor. Así que pinché en comedia. Ahí, está perfecto. Paso la lista de películas. Nada. No encuentro la adecuada...
Al final opto por la de 'Bad Teacher' la nueva de Cameron Diaz.
Al cabo de 30 minutos le doy a la cruz de la ventana de Internet. No podía... Ni la película lo ha podido conseguir... Qué le vamos a acer.


La noche pasada no pude dormir... Estoy fatal enseiro. Tengo que olvidarme ya. ¿Y si le digo que sólo amigos? Buah, ni de coña me mandará a donde yo sé, además ¿de qué me sirve? Los dos estamos locos el uno por el otro asi que...
Llego al instituto.Sólo veo a Elisa como de costumbre. En su cara se podía reflejar un ánimo algo decepcionado, pero también como siempre.
-Hola Elisa.
Me hace un saludo con la mano. Creo que debo hablar con ella, ayer me marché sin despedirme...
-Ey, siento lo de ayer, estaba un poco enfadada y ni me acerqué a decir que me iba...
-No pasa nada, olvidado. Hoy hemos quedados todos para ir al centro. ¿Te apuntas? ¡Pero sin dejarnos plantados y con despedidas eh!
¿TODOS? ¿Qué querrá decir? Ahí va, ahora qué le digo... Leire hay que ser fuerte... Tu puedes...
-Vale.
-Pues después de clase te digo la hora y eso.
Y se va así como siempre, con su pelo corto y teñido con ese color caoba que tanto le favorece, con esa camiseta alegre como su expresión de ahora, con su preciosa sonrisa.
Voy para la clase de ciencias. Ando miràndome los pies, bien, las All Satar las tengo ya sucias... No van a durar mucho. En el instante en el que levanto mi cabeza veo a Mireia. Está hablando con unas chicas que desconozco. Su mirada se clava en mi, enfadada, con ganas de hacerme desaparecer... Me da miedo... Mi sonrisa desaparece de mis labios, agacho la cabeza... Me siento más mal todavía. Se me debería caer la cara de verguenza como dice mi madre... Soy una egoísta lo sé.
Lo raro y cierto es, que todavía no he visto a Mateo. Pobrecillo ayer lo dejé fatal... Sólo espero que me perdone alguna vez.










domingo, 24 de abril de 2011

7. De amistad al amor.

"Tu me enseñas que, se puede querer, lo que no ves..." Estaba encima de mi cama, escuchando Pol 3.14. No se me ocurría otra cosa que hacer para olvidarme del tema... Todo me recuerda a él. Mateo, el que es guapo, el que es simpático, el que está atento, el que... El supuesto rollo de mi amiga Mireia. La última idea, me sobresaltó. ¿Qué estoy haciendo? Yo, una chica nueva, viene a un instituto, hace amigos, y se enamora del rollo de la amiga que llevaba ya mucho tiempo... Me parece un poco egoísta. Tengo que olvidarme de él como sea.
Pero no creo que sea fácil... Lo tengo que ver todos los días en el colegio y luego, forma parte de mi grupo de amigos... Pff, no se que hacer. No sé si pasar de él, haciendome daño o ir a por él, vale, alomejor vale la pena, pero... haría daño a Mireia. Y no sé que es peor.
Y de pronto, un ruido inopurtuno, se cruzó con mis pensamientos: El móvil. Quién será ahora... Ah, Elisa.
-¿Si?
-Leire, a las seis en punto en la rotonda del colegio. Estan allí todos. No espero un no por respuesta. Y... ¡No tardes!
-¡Elisa espera!
Demasiado tarde. Elisa ya ha colado. Ella es así... Pero es mi amiga, y la quiero. Pero... ¿qué se refiere a "todos"? Pf... Si, lo sé estará Mateo. Ah, Mateo... Bueno no le voy a dar más vueltas, si pasa pues pasó y punto. Nadie puede ganar a mis sentimientos... O eso creo.
Abro el armario. Y ahora ¿qué me pongo?
Después de varios intentos, opto por ponerme un top chulísimo que me compré en Maiami, y unos shorts. Para que complicarse la vida... Así, voy bien.
Cojo el móvil, las llaves y la cartera y los meto en el bolso. Ahora sí. Sólo me falta salir por esa puerta... Y que pase lo que tenga que pasar.

En quince minutos ya me encontraba en la rotonda del colegio. Revisé uno a uno las personas que se encontraban allí: Elisa, Mireia, Mateo y Álex. Los de siempre: mis amigos.
-Hola a todos.
-¡Hola Leire!
-Bueno Elisa, ¿a dónde vamos?
-Bueno, había pensado en ir al prado de las margaritas. Tranquilos, lo tengo todo preparado: La merienda, radio... Nos vamos ya.
Guau, Elisa siempre está en todo. Algunas veces me impresiona.
Todos se pusieron a coger sus respectivos vehículos: Elisa su microcoche azul celeste, Álex con su Honda negra, Mirea su microcoche plateado y Mateo, su Vespa azul oscuro. Yo, opté por irme al microcoche de Elisa.
Estaba ya dentro del coche. Elisa arrancó.
-Leire, tengo que decirte algo.
-Dime
-Le gustas a Mateo.
¿Qué? ¿Precisamente ahora Elisa? Que oportuna... Justo cuándo desaparecía poco a poco de mis pensamientos.
-¿Qué? Pero si Mireia y él tenían rollo o algo ¿no?
-Si, bueno, pero ahora a Mireia se le ve con otro chico.
-Ya, bueno, pero no voy a ser el segundo plato de nadie.
-Leire, a Mateo le gustas desde que aparecistes en el instituto... Cuando aún estaba con Mireia.
-No sé que pensar Elisa. Dejémoslo.
No se oyó palabra desde mi última intervención. Hasta me sentí mal. Pero ya, habíamos llegado.
El prado era precioso. Tenía hierba por un lado y por el otro se encontraba un pequeño bosque. El resto era campo.
-¡Guau! ¿De qué conoces esto Elisa?
-Bueno antes iba aquí cuando era pequeña.
-Es precioso.
Y si que lo era. Hermoso. Elisa sacó las cosas y puso la radio a todo volumen. Todos empezaron a bailar como locos, menos Mateo, que se me acercó.
-Ven.
Me cogió de la mano y me llevó hasta el bosque. Los demás no se dieron cuenta, estaban demasiado concetrados en la música.
-¿A dónde vamos?
-Es una sorpresa.
Y me coge más fuerte de la mano, y me rio. Y soy feliz. Y noto en sus ojos la misma felicidad.
-Hemos llegado.
-Dios... Es precioso.
Mateo me llevó hasta una cascada cercana, dónde se encontraba un pequeño lago, en cuya orilla habían pequeñas margaritas.
Mateo se tumbó en el suelo. Yo lo imité.
-Me alegro estar aquí con tigo...
Se me encogió el corazón. No sabía que decir.
-Yo... Yo también.
Mateo se rió
-¿Sabes...? Nunca he tenido el valor de decirte algo.
-Todavía estás a tiempo... Dime.
Estaba nerviosa. El corazón me iba a mil.
-Pues qué... Te quiero Leire, quiero estar con tigo.
Me quedé sin palabras. Y sentía cada vez más su aliento, su rostro se acercaba al mío poco a poco... Y ocurrió. Nos besamos. Un beso largo y al mismo tiempo corto, un beso frío y al mismo tiempo caliente... Era fántastico, íncreible. Y yo soy feliz. Y ya estaba segura de lo que sentía. Ya no me importaba nada, ni las circustancias, ni miedo... Sólo disfrutaba. Y no exístian problemas.
Luego, nos separamos poco a poco. Todavía podía sentir sus labios contra los míos.
Y me cogió de la mano... Y yo le abracé. Por que en algunos casos, es mejor que los gestos interpreten mejor que las palabras.


domingo, 27 de marzo de 2011

6. El amor es como un rayo: No sabes donde va a caer, hasta que ha caído.

Desde ese día 5 de marzo, todo a pasado muy rápido. Enseguida, nos dimos cuenta Elisa, Mireia, Alex, Mateo y yo formamos una pandilla muy amistosa... No nos dábamos cuenta de que a veces la amistad lo puede todo, pero hay algunos momentos que ni que la persona que más quieres puede ayudarte en tus peores momentos... Empecemos desde el principio.

Al día siguiente, quedé como siempre con Elisa, aunque esta vez venía acompañada por Mireia.
-¡Ey Leire!
-Hola chicas.
Proseguimos el camino charlando, hablando de esto y de lo otro, del colegio, de los chicos, de música... Esto más bien parecía un cuestionario en vez de una charla entre amigas.
Lo raro fue que no venía Mateo. Mateo casi siempre iba con Mireia, yo creo que le gusta, aunque no estoy muy segura.... Se le cae la baba cuando la ve, aunque he de reconocer que Mireia es todo una modelo.

Cuando llegamos al colegio, toda la gente estaba apelotonada al rededor de unas personas, que por si fuera poco, estaban dando un espectáculo bastante desagradable.
Las personas hicieron un hueco en donde se podía ver perfectamente la escena; Alex, nuestra amiga gótica, estaba agarrando del cuello a un chico con aire inocente.
-¡Dame el dinero gilipollas, si no vas a tener que probar uno de mis puños...!
-¡Por favor déjame, no te he robado nada!

Cuando el chico tenía todas las esperanzas perdidas, Elisa se interpuso entre la gente, y llevó a Alex con nosotras del brazo, con brusquedad, parecía que hasta se lo estaba arrancando.
-Tía Alex, deja a ese pobre chico, no sabes si te ha robado o no...
-¡Mira Elisa no tienes ni puñetera idea de lo que ha pasado! Yo estaba tan tranquila pasando para esperaros en la rotonda, mi cartera estaba justamente en el bolsillo pequeño de mi mochila, y pasó ese pringado por mi lado... Y curiosamente cuando ese chaval pasó por al lado la cartera ¡no estaba! ¿Cómo explicas eso?
-Aver, se te puede caer o algo ¿no? Venga Alex no le des más vueltas.
Pero a Alex no le dio tiempo contestar porque en ese momento sonó el timbre para la primera clase de la mañana.

Luego, al mediodía, Mateo me acompañó a casa. Esta vez ni Elisa, ni Mireia, ni Alex pudieron acompañarme, porque tenían que quedarse en recepción para un asunto de las actividades extrascolares.
Mateo y yo charlamos de esto, de lo otro... Es un chico bastante agradable. Y guapo. Es perfecto... pero, ¿en qué estoy pensando? Es mi amigo y basta. Yo sólo quiero eso...
-Tía Leire, ¿me estás escuchando?-la voz de Mateo me hizo volver a la realidad.
-Si, si... Perdona, ¿qué me decías?
-Pues eso, que en el instituto todos los años se celebra un baile de otoño, que si querías ser mi pareja...
¡¿Qué?! ¿Yo y Mateo? No puede ser... Aunque aún así acepté.
-Claro, estaría bien...
Pero que haces Leire... Te prometiste no pensar en chicos durante todo el curso. Bueno no exageramos, durante 5 meses... En fin, supongo que tendré que tomarme mis promesas más a pecho.
Pero esto no me puede estar pasando... Primero Edu, ahora Mateo... Pero, ¿qué me pasa a mi con los chicos? Él debería habérselo pedido a Mireia, se gustan mucho... Me siento mal por Mireia.
-Pero Mateo, ¿no se lo vas a pedir a otra...? ¿A Mireia?
-Pff no me hables de Mireia por qué anda... Últimamente se le ha visto con otro chico, ya pasa de mi.
-Ah... Lo siento.
¿¡Qué?! Osea, que a mi me tiene como segundo plato... ¡No tiene cara! ¡Veremos a ver quién va a ser el segundo plato de quién!
-Bueno hasta mañana...
-Adióós.
Y nos fuimos así, con un simple adiós. ¿Ni una señal? No puede ser... ¿Me preocupo por eso? ¡Me gusta Mateo! ¡Ayuda!

sábado, 5 de marzo de 2011

5. Cuando menos te lo esperas, algún detalle puede cambiarte la vida.

Se acabó. He decidido, pasar. Pero... ¿Qué gano yo con esto? Es absurdo. Él tendrá su vida... Y yo por supuesto, tendré la mía.
Primer objetivo de la lista: Amigos. Se podría decir, que lo he conseguido... A medias. Todavía me quedan muchos amigos por hacer. Bueno, sólo estoy empezando por Elisa. Estoy segura, que en cierto tiempo, ya tendré una vida normal, con amigos normales, con un colegio normal, con una familia normal... En fin, ya me comprendéis... Una vida normal.

Siete y media de la mañana. A las menos cuarto en la rotonda del colegio con Elisa. Empezamos bien, estoy viendo el principio de una amistad... Pero bueno, por ahora es sólo una compañera de clase.
Elisa me esperaba con una palmera de chocolate en la rotonda.
-¡Hola Leire! Llegas justo a tiempo. Hoy hay que exponer el trabajo.
-Si ya... Pero... ¿De veras te hace tanta ilusión?
-Bueno... Es la primera vez que me curro en serio un trabajo. Será por que ns han puesto juntas.
-Será... Bueno entremos, el portero nos cerrará la puerta en las narices como no llegemos a tiempo.
Elisa corre con gran velocidad, pero yo decido ir despacio, no veo motivo por correr... Ah bueno, llegar tarde, pero supongo que eso no me importa.

Ocho en punto. Clase de Literatura. La profesora con cara de pocos amigos, recoge los trabajos... De verdad, algunas veces me entran ganas de decir: ¡Oye que sonreír es gratis, eh! Pero hay que aguantarse... De hecho, hay que aguantarse demasiadas cosas.
Nueve en punto. Clase de química. La peor hora de la semana, para mi gusto. Toda una hora entera escribiendo fórmulas... Que la verdad, de la mayoría no tengo ni idea.
Diez en punto. Dos hora de ética. A relajarse... Eso es lo que tiene tener un profesor que no hace absolutamente nada en sus clases. Pero a veces, resulta un poco aburrido... Me gusta hacer lo que quiera en las clases, pero me gusta también la ética, así que prefiero dar la segunda opción.
Doce en punto. Matemáticas... Sé lo que estáis pensando; ¡¿La última hora de la mañana con Matemáticas?! Pues desgraciadamente sí. Pero hoy la profesora estaba de buen humor. Así que hoy no damos lo difícil. Bien. Algo bueno en la mañana de un martes...
Se acabó. En menos de cinco minutos ya estaba en la puerta. Hoy me he propuesto llegar la primera para pasar más tiempo con Elisa.
Elisa salió esta vez más lenta, pero como siempre, con aire divertido.
-¡Hey Leire! Te quiero presentar a mis amigos. Esta es Mireia.
-Encantada.
Mireia era como una modelo; era alta, rubia, con el pelo largo y rubio, ojos azules, piel bronceada, ojos verdes y muy guapa. He de reconocer que era hermosísima.
-Esta es mi otra amiga Alessandra, pero la conocemos como Alex.-prosigue Elisa-
-Hola.
Alessandra o mejor dicho, Alex, diría yo que es gótica o algo así, aunque no estoy segura; Alex era morena, tenía la piel muy blanca, ojos verde claro, y un piercing en el labio inferior. Vestía de negro con cadenas y pulseras con pinchos. Espero que las apariencias engañen, porque Alex daba miedo.
-Este es mi amigo Mateo.
-Ey
Mateo era el típico deportista que le gustaban a todas las chicas: Era moreno, alto, con ojos azules y guapo. Vestía ropa deportiva.

Elisa ya me había presentado a sus amigos. Pero lo que ninguno de ellos esperaba es lo que iba a pasar en el futuro. En efecto, se veía el comienzo de amistades.


miércoles, 2 de marzo de 2011

4. Sólo tú sabes quién se merece tus lágrimas.

Última hora de clase: Literatura. Bien, esto me gusta. Hoy la profesora, ha decidido pornernos en grupo a toda la clase. Algunos protestaban porque no soportaban al compañero que le han tocado, otros felices por estar al lado de la persona que quieren... Y os preguntaréis: ¿Y a ti, quién te ha tocado? Me ha tocado la "chica rara" según la gente de la clase. Es verdad, tengo que reconocer que no tiene unos gustos muy normales, pero es maja. No es muy guapa, pero tiene unos ojos azules preciosos. Por cierto, se llama Elisa.
La profesora,  nos había mandado hacer un comentario sobre una obra de Shakespeare. Toda la clase protestó menos Elisa; por lo visto, a ella le encanta la literatura.
-Podríamos hacer el trabajo hoy por la tarde- propuso mi nueva compañera.- tengo la casa sola. ¿Qué me dices?
¿Qué le iba a decir? No tenía más remedio.
-Vale, me parece bien.
-A las seis y media ¿vale?-y me dio un papel dónde estaba escrita la direccion de su casa.
Suena el timbre. Me levanto y me dirijo a la salida. Hoy quiero llegar a tiempo.
Estoy en la entrada de mi instituto. Sale 1º de Bachillerato. Sale 2º de Bachillerato. Y lo veo... Con una chica.
De repente, mi sonrisa en la cara desaparece, ahora en mi rostro sólo se ve tristeza. Pero sabía que esto iba a pasar. No debí hacerme ilusiones. Ahora ya lo tengo claro...
Poco después ya eran las seis. Me tenía que vestir. Todavía tenía el rostro triste, pero no entiendo el porqué; era un chico que no conocía de nada, no sabía nada de su vida... Edu me había decepcionado. Pero no tenñia futuro con él, cosa que me sirvió de consuelo.
Cojo la mochila. Me despido de mi madre, y me pongo en marcha.

Aquí es. Di un suave golpe a la puerta. Elisa me abrió.
-¡Hola Leire! Pasa.
-Gracias.
La casa de Elisa era bonita. En el vestíbulo había grandes jarrones de porcelana y en las paredes se podían distinguir jeroglíficos egipcios. Luego, el salón estaba pintado de amarillo claro, una gran televisión de plasma y sofás de cuero.
Entramos en su habitación. Era similar a la mía; Las paredes eran de color rosado, que a su vez colgaba un gran corcho lleno de notas y fotografías.
Era una casa normal. Aunque no me la esperaba así, puesto que la casa no encaja con la persona... Elisa no era normal que digamos.
Empezamos ha hacer la tarea. Elisa escribía veloz, mientras yo, seguía observando su habitación. No tenía ganas de hacer nada.
-Pero bueno, ¿No vas ha hacer nada? No pienso hacer el trabajo yo solita...
-Lo siento. Ahora mismo me pongo ha hacerlo.
E intenté concentrarme, pero fue inútil. Sólo podía pensar en Edu... Y en esa chica. La chica era muy guapa, con el pelo rubio, largo y liso, piel bronceada, y vestía muy moderna o muy fashion.
Miré el reloj. Ya era tarde.
-Lo siento Elisa, me tengo que ir. Mi madre me espera.
-Está bien, nos vemos en clase.

Y me fui de allí sabiendo que no me iba olvidar de él sólo por irme de casa de Elisa.

martes, 1 de marzo de 2011

3. Cuando las posibilidades se desvanecen poco a poco...

¿Qué estoy haciendo? Yo siempre había sido una chica con cabeza... Que sabía lo que hacía. Pero ahora... ¿qué? Estoy comportàndome como una estúpida. No conozco nada de su vida. Bueno sí, sólo sé que se llama Eduardo. Edu mejor dicho. Pero... No creo que sea el mejor momento para tontear ahora. Después de lo que ha pasado... No estoy en esta ciudad por casualidad. Siempre hay un motivo para todo. Y yo, tengo ése motivo. Ahora podréis descubrir mi historia...

"Esto no me puede estar pasando, Marina..." "No puede ser... Voy ha hacer todo lo posible para que no te vayas." "Eso es imposible... Oye tengo que dejarte. Posiblemente no volvamos a vernos..." Y tuve el valor de colgar a mi mejor amiga. Sólo podía llorar y llorar. Abrazaba dulcemente a mi almohada, el único testigo que había de lo sucedido.
Mis padres estaban discutiendo, como siempre. Pero mi madre, ya había llegado al límite. Tengo que reconocer, que casi todas las discursiones tenía razón ella. Esto, estaba pasando desde hace ya 2 años, es decir, cuando yo tenía 14. Ya se ha acabado.
Mis padres se van a separar... Hay que afrontar la realidad. Tendré una vida nueva... Pensaréis que es una burrada tener que elegir entre tu padre y tu madre... Pero en mi caso no. Toda la razón la lleva mi madre. Mi padre no es un padre. Siempre llegaba a casa a las tantas, olía a alcohol exageradamente... Y quién sabe más.
Yo fui la única que me di cuenta. Ni mi madre, ni mi hermana tuvieron el valor de pensar y reflexionar. Y sobre todo, como pudieron creérlo; ¿Quién se cree que llega a casa un hombre a las 3 de la mañana por motivos de trabajo? Pero al final, llegaron a la conclusión, pero deberían haberlo echo antes, porque el daño, ya está hecho...
Valiente vida, pensaréis... Pero por una parte soy feliz. Porque pienso en el pasado, cuando no pasaba nada de esto, cuando íbamos los domingos a la playa, cuándo me ayudaban ha hacer el castillo de arena... Aunque eso hace de 5 o 6 años por lo menos, es el único recuerdo que tengo bueno de mi infancia.
Yo lo he superado. Mi hermana Patricia, en cambio no demasiado. Pero con el tiempo y con un poco de ayuda, estoy segura de que se acostumbrará.
Vivíamos en la ciudad... Oh, mi bella ciudad. Cuando podías ir todos los días que quisieras al centro, cuando podías ir al cine, a el centro comercial. Pero la vida es así... Da una vuelta entera a lo que has vivido, y ahora te cuesta acostumbrarte... ¿Porqué? ¿Qué he hecho yo para merecer esto...? No lo sé. Y es una cosa que jamás averiguaré.
Mi padre se quedó con nuestra casa, por lo que mi madre, mi hermana y yo tuvimos que buscar un lugar lejos, sí, sobretodo, lejos. Y lo encontramos. Aunque cuesta adaptarse.
Pero si te digo la verdad, no echo de menos a mi padre.

Ahora no puedo. No, por ahora no. Tengo que ayudar a mi madre y a mi hermana. Y pensando en un chico que no conozco, no ayudo lo suficiente, si soy sincera. Así que se acabó. Sólo fue un accidente.
Ahora, tengo que ir a clase. Y ya tengo las cosas claras. O eso creía.

lunes, 28 de febrero de 2011

2. Para ver el arcoiris primero hay que atravesar la lluvia.

Estos últimos días he estado dudando... ¿Quién era ese chico? ¿Merecía la pena? ¿Estoy perdiendo el tiempo? Lamentablemente, mi cabeza daba respuestas negativas a todo, pero el corazón me decía que tenía que luchar por él que solo él merecía la pena, porque si no aprobechas esta oportunidad te lamentarás el resto de tu vida, y que aunque te esfuerces, nunca sentirás lo mismo que sientes por él con una persona cual quiera...

Estoy dando vueltas por toda mi habitación. Tengo que reflexionar... Sólo tengo dos opciones: Hablar con él, o pasar.
Tengo que reconocer que para las cosas del ligoteo estoy pésimamente suspensa, así que creo que lo mejor es pasar antes de hacer el rídiculo... Bueno ya he pensado suficiente. Ahora a repasar Historia.
La Historia siempre se me ha dado muy bien, pero debo reconocer que tengo una buena memoria, pero desde que me ocurrió en los últimos acontecimientos, ni eso sirve... Creo que dormiré un rato... Espera. Son las 20:30. No he cenado nada. Que más da... Por un día no pasa nada. Además estoy pasandome demasiado, son los primeros días de clase y yo empezando a estudiar... Tengo que hacer nuevos amigos. Eso es lo que tiene al cambiarse de cidudad. Aunque por una parte es bueno: Puedes conocer lugares nuevos que jamás te hubieras imaginado totalmente diferente a lo que has vivido por ahora. Lo malo es, que puede ser positivo o negativo. Aunque a veces hechas de menos tu hogar. Aún recuerdas tu infancia, tu cuarto, tu escula, tus amigos...
Y después de reflexionar durante un rato largo, me dormí.

LLego tarde. ¡Mierda! Ya ni me da tiempo a cambiarme de ropa.
Corrí como pude hasta la entrada, pero mi madre, cómo siempre, me ofrece el desayuno... En el fondo es buena. Pero ahora no tengo tiempo.
"¡Otra vez será mamá!" Y le dejé ahí, plantada, con la tostada en la mano. Aunque sé que siempre me lo perdonará.

Larga clase de filosofía. Odio esta asignatura. Algunas veces te dan ganas de decirle a la profe: "¡Oye que a mi me importa tres cuernos lo que pensaba el Aristóteles éste!" Pero desgraciadamente, eso no se puede hacer.
Segunda hora: Matemáticas. También aburrida... Pero hoy se me ha hecho muy entretenido. No he parado de hacer cuentas, pero llega un momento que te cansas y te pones ha hacer lo que te venga en gana sin que el profesor se de cuenta. Así estuve toda la hora.
Tercera y cuarta hora: Historia. Bien. Me gusta. Pero lo malo, es que la profesora Jessica, Jess cómo le llaman algunos, viene de mal humor. Y eso solo significa una cosa: "Coger el libro de Historia por el tema 3 y empezar a repasarlo. ¡Venga!" Y nuevamente, ha hacer lo que te viene en gana.

Mediodía. Soleado. Oh, no... Me olvidé la cartuchera en la taquilla... Me da palo, pero lo que hay que hacer, hay que hacerlo. Voy hasta el pasillo número 2 y abro mi taquilla. Extraigo la cartuchera verde cn lunares negro y la meto en la mochila. Saqué el MP3 de la mochila. Lo encendí. Y me sumergí en la música tan romántica de La Oreja de Van Goh.
Iba tanto a mi olla, que no me di cuenta y me tropecé con alguien...
"¡Perdona! ¿Estás bien? No te había visto..." "No pasa nada." No me di cuenta de quién era hasta que alcé la vista... Era él. Era el culpable de entrar en mis pensamientos, era él el que vi ayer al mediodía. Sí. Él y sólo él.
"Me llamo Eduardo. Edu, para los amigos, en tu caso." "Leire" ¡¿Qué?! ¡¿Sólo pude decir eso?! "Pues encantado." Y se fue. Y yo también. Sin creerme todavía lo que el destino tenía preparado para mi.

sábado, 19 de febrero de 2011

1. Llegar a tocar las estrellas con los dedos.

Solo podría concentrarme en él. El chico perfecto, que quieren todas las chicas, pero que sin embargo, no sabe ni que existes...

No me puedo olvidar lo que pasó ese día de Invierno, mucho frío, la hora, el momento.
Ahora me parece algo corriente, pero cuando me ocurrió, eso me pareció ser lo más bonito del mundo entero.
Como a todas las chicas, me gusta un chico, y claro, si te gusta un chico, todo lo ves perfecto en él, no tiene defectos.
Pero lo que más duele es, saber que aunque tu te mueras por él, él nunca lo sabrá. No sabrá lo que sientes, no sabrá que le amas, no sabe que él y sólo él es tu aire para respirar.
Pero ese día cambio todo... Pequeñas cosas insignificantes, pueden cambiarte completamente, que surjan cosas incréibles.
Cómo todos los días, después de clase, iba para comer al mediodía andando. Mi casa está bastante lejos de el instituto, por lo que tardo un poco.
En el camino, me paré un momento para contemplar el mar que tanto me gusta. Aunque este día, el agua estaba más azul, más alegre.
No podía evitar lo bonito que era, sin importarme la hora, que después tenía que ir a clase otra vez... Es increíble.
Me levanté. Ya era tarde. Me puse de nuevo en marcha, y para no aburrirme, me puse a recordar la lección de Matemáticas de hoy para no tener que estudiar tanto a la tarde.
Todo iba bien hasta que se me cruzó por el camino. Lo vi. Chico moreno, alto, y concluyo que dos años mayor que yo. Iba con una mochila, por lo que supongo que será de mi instuto, ya que no hay otro cerca.
"¿Pero cómo no me podía dar cuenta de que aquel chico va a mi instituto?" pensé. "No te excites, Leire, a lomejor viene de lejos... No tienes esperanzas es inútil, una simple distracción".
Después sin darme cuenta, había desaparecido ya, por el camino que llega a la Cafetería.
¿Estaba soñando...? No puede ser, creo que estoy demasiado espabilada para esa clase de tonterías.

El almuerzo se me hizo corto. Otra vez, de vuelta a clase. Fui otra vez por el mismo camino, para ver si aquel chico era real...
Nada. Todo el camino, sin rastro del chico... ¿Pero cómo puede ser posible?
Pero, mis dudas desaparecieron, cuando vi el mismo rostro entrar en la puerta de mi instituto. ¡Sí, era de mi instituto! Pero no se si eso era bueno o malo...

Cuando llegué a casa, me paré a pensar en él... Pero que estoy haciendo, ni siquiera lo conozco...
Pero nunca sabes lo que el destino puede prepararte para los próximos días.

¡Hola!

Antes de nada, me voy a presentar. Soy Leire, y cada día iré escribiendo lo que me pasa cada día... Os aseguro que con mis historias, os sentiréis identificados, os enganchará... Bueno un beso :)