Número de visitas

martes, 1 de marzo de 2011

3. Cuando las posibilidades se desvanecen poco a poco...

¿Qué estoy haciendo? Yo siempre había sido una chica con cabeza... Que sabía lo que hacía. Pero ahora... ¿qué? Estoy comportàndome como una estúpida. No conozco nada de su vida. Bueno sí, sólo sé que se llama Eduardo. Edu mejor dicho. Pero... No creo que sea el mejor momento para tontear ahora. Después de lo que ha pasado... No estoy en esta ciudad por casualidad. Siempre hay un motivo para todo. Y yo, tengo ése motivo. Ahora podréis descubrir mi historia...

"Esto no me puede estar pasando, Marina..." "No puede ser... Voy ha hacer todo lo posible para que no te vayas." "Eso es imposible... Oye tengo que dejarte. Posiblemente no volvamos a vernos..." Y tuve el valor de colgar a mi mejor amiga. Sólo podía llorar y llorar. Abrazaba dulcemente a mi almohada, el único testigo que había de lo sucedido.
Mis padres estaban discutiendo, como siempre. Pero mi madre, ya había llegado al límite. Tengo que reconocer, que casi todas las discursiones tenía razón ella. Esto, estaba pasando desde hace ya 2 años, es decir, cuando yo tenía 14. Ya se ha acabado.
Mis padres se van a separar... Hay que afrontar la realidad. Tendré una vida nueva... Pensaréis que es una burrada tener que elegir entre tu padre y tu madre... Pero en mi caso no. Toda la razón la lleva mi madre. Mi padre no es un padre. Siempre llegaba a casa a las tantas, olía a alcohol exageradamente... Y quién sabe más.
Yo fui la única que me di cuenta. Ni mi madre, ni mi hermana tuvieron el valor de pensar y reflexionar. Y sobre todo, como pudieron creérlo; ¿Quién se cree que llega a casa un hombre a las 3 de la mañana por motivos de trabajo? Pero al final, llegaron a la conclusión, pero deberían haberlo echo antes, porque el daño, ya está hecho...
Valiente vida, pensaréis... Pero por una parte soy feliz. Porque pienso en el pasado, cuando no pasaba nada de esto, cuando íbamos los domingos a la playa, cuándo me ayudaban ha hacer el castillo de arena... Aunque eso hace de 5 o 6 años por lo menos, es el único recuerdo que tengo bueno de mi infancia.
Yo lo he superado. Mi hermana Patricia, en cambio no demasiado. Pero con el tiempo y con un poco de ayuda, estoy segura de que se acostumbrará.
Vivíamos en la ciudad... Oh, mi bella ciudad. Cuando podías ir todos los días que quisieras al centro, cuando podías ir al cine, a el centro comercial. Pero la vida es así... Da una vuelta entera a lo que has vivido, y ahora te cuesta acostumbrarte... ¿Porqué? ¿Qué he hecho yo para merecer esto...? No lo sé. Y es una cosa que jamás averiguaré.
Mi padre se quedó con nuestra casa, por lo que mi madre, mi hermana y yo tuvimos que buscar un lugar lejos, sí, sobretodo, lejos. Y lo encontramos. Aunque cuesta adaptarse.
Pero si te digo la verdad, no echo de menos a mi padre.

Ahora no puedo. No, por ahora no. Tengo que ayudar a mi madre y a mi hermana. Y pensando en un chico que no conozco, no ayudo lo suficiente, si soy sincera. Así que se acabó. Sólo fue un accidente.
Ahora, tengo que ir a clase. Y ya tengo las cosas claras. O eso creía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario