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miércoles, 2 de marzo de 2011

4. Sólo tú sabes quién se merece tus lágrimas.

Última hora de clase: Literatura. Bien, esto me gusta. Hoy la profesora, ha decidido pornernos en grupo a toda la clase. Algunos protestaban porque no soportaban al compañero que le han tocado, otros felices por estar al lado de la persona que quieren... Y os preguntaréis: ¿Y a ti, quién te ha tocado? Me ha tocado la "chica rara" según la gente de la clase. Es verdad, tengo que reconocer que no tiene unos gustos muy normales, pero es maja. No es muy guapa, pero tiene unos ojos azules preciosos. Por cierto, se llama Elisa.
La profesora,  nos había mandado hacer un comentario sobre una obra de Shakespeare. Toda la clase protestó menos Elisa; por lo visto, a ella le encanta la literatura.
-Podríamos hacer el trabajo hoy por la tarde- propuso mi nueva compañera.- tengo la casa sola. ¿Qué me dices?
¿Qué le iba a decir? No tenía más remedio.
-Vale, me parece bien.
-A las seis y media ¿vale?-y me dio un papel dónde estaba escrita la direccion de su casa.
Suena el timbre. Me levanto y me dirijo a la salida. Hoy quiero llegar a tiempo.
Estoy en la entrada de mi instituto. Sale 1º de Bachillerato. Sale 2º de Bachillerato. Y lo veo... Con una chica.
De repente, mi sonrisa en la cara desaparece, ahora en mi rostro sólo se ve tristeza. Pero sabía que esto iba a pasar. No debí hacerme ilusiones. Ahora ya lo tengo claro...
Poco después ya eran las seis. Me tenía que vestir. Todavía tenía el rostro triste, pero no entiendo el porqué; era un chico que no conocía de nada, no sabía nada de su vida... Edu me había decepcionado. Pero no tenñia futuro con él, cosa que me sirvió de consuelo.
Cojo la mochila. Me despido de mi madre, y me pongo en marcha.

Aquí es. Di un suave golpe a la puerta. Elisa me abrió.
-¡Hola Leire! Pasa.
-Gracias.
La casa de Elisa era bonita. En el vestíbulo había grandes jarrones de porcelana y en las paredes se podían distinguir jeroglíficos egipcios. Luego, el salón estaba pintado de amarillo claro, una gran televisión de plasma y sofás de cuero.
Entramos en su habitación. Era similar a la mía; Las paredes eran de color rosado, que a su vez colgaba un gran corcho lleno de notas y fotografías.
Era una casa normal. Aunque no me la esperaba así, puesto que la casa no encaja con la persona... Elisa no era normal que digamos.
Empezamos ha hacer la tarea. Elisa escribía veloz, mientras yo, seguía observando su habitación. No tenía ganas de hacer nada.
-Pero bueno, ¿No vas ha hacer nada? No pienso hacer el trabajo yo solita...
-Lo siento. Ahora mismo me pongo ha hacerlo.
E intenté concentrarme, pero fue inútil. Sólo podía pensar en Edu... Y en esa chica. La chica era muy guapa, con el pelo rubio, largo y liso, piel bronceada, y vestía muy moderna o muy fashion.
Miré el reloj. Ya era tarde.
-Lo siento Elisa, me tengo que ir. Mi madre me espera.
-Está bien, nos vemos en clase.

Y me fui de allí sabiendo que no me iba olvidar de él sólo por irme de casa de Elisa.

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